La visión mítica de la investigación científica

Tradicionalmente se había visto al investigador, al hombre de ciencia como un ser especial, dotado de unas virtudes y capacidades extraordinarias, un hombre totalmente ajeno a lo que somos nosotros.

Esta imagen mitificada del quehacer investigativo y científico inspirada en el positivismo nos lleva a ver estas modalidades desconocimiento como prácticas "esotéricas" sólo para iniciados, en las cuales las demás personas no tenemos nada que hacer. Todas estas imágenes, asociadas a los investigadores de oficio, a los especialistas dedicados totalmente a la ciencia, nos impiden pensar que nosotros, simples mortales podamos ser investigadores.

Entonces, para el caso de nosotros ciudadanos comunes y corrientes, estudiantes universitarios, administradores, ingenieros, comunicadores sociales en formación, ¿qué sentido puede tener la investigación? ¿Es que acaso nos vamos a convertir en investigadores? ¿Requiere un administrador, ingeniero o comunicador social entre otras profesiones saber investigar para ejercer su profesión?

La respuesta a estas preguntas, pasa primero por ponernos de acuerdo en lo que entendemos por investigación, y por desmitificar las arraigadas imágenes de la ciencia e investigación científica que la mayoría poseemos. La ciencia es una modalidad de conocimiento, hija de la modernidad, susceptible de ser comprendida dentro de este sistema cultural que la posibilita y legitima.


Investigar para mejorar nuestra práctica

Se invita a profundizar sus lecturas en sistemas culturales llamados saber cotidiano y conocimiento científico podemos preguntarnos ahora sobre los alcances y los límites de la utilización de estas estrategias para abordar la realidad comunicativa comunitaria que vamos a investigar.

La comprensión contemporánea de los fenómenos comunicativos, realizada por los profesionales de la Comunicación Social, así como por otros científicos sociales ha venido incorporando novedosos enfoques investigativos que, como veremos, desbordan la estrecha visión positivista del Método Científico. En su afán por interpretar en su complejidad los procesos comunicativos, han tenido que acudir al aporte de otras disciplinas para valorar el plano de la cultura y de sus mediaciones, así como a la trama de factores sociales que influyen en la comunicación.

En la actualidad un buen profesional de cualquier área del conocimiento sabe que la eficacia de su práctica profesional no reside sólo en el conocimiento y manejo de unos medios y unas técnicas, sino e n su capacidad de comprender y potenciar creativamente las realidades comunicativas de los grupos sujetos sociales con los que trabajo.

Lo anterior es básico para reafirmar la importancia de una sólida formación investigativa en quienes se preparan para ser profesionales con énfasis en impacto social. Por ello, en este texto y en los que le siguen vamos a familiarizarnos con las reflexiones, enfoques y procedimientos propios de la investigación social.

Fuente: Tomado y adaptado de Torres L. Alfonso. Aprender a Investigar en Comunidad. Unisur. Bogotá. 1999